10 diciembre 2006

Chile Florece

HOY SE MURIÓ EL DICTADOR





















CHILE LIBRE

10 agosto 2006

Triste indignidad


Las manos frías bajo ese chaleco triste. Bordado de soledad profunda. Triste indignidad la mía, de estar sentada lejos mirando las circunstacias tibias. Con los ojos en llanto por un vacío inexplicable, como si el mundo girara tan rápido que no soy capaz de sostenerme en los pies rotos. No hay fin ni tampoco comienzo, es como una mitad reiterativa de vacío, vacío, vacío.

Y es inexplicable porque no sé su provenir ¿De dónde? ¡De dónde y porqué siento esto! Que no quiero, no quiero sentirlo. Quiero reír pero no puedo hacerlo, no puedo estar tan plena y volar como antes. Que no puedo, no puedo y quiero. Me siento fuera del mundo, de todo ese mundo que me rodea, como si yo misma me hubiese borrado de la faz de la tierra. Mi visión enceguecida por esa soledad incauta. Con estas manos rotas, con estos pies sin piel. Ya no tengo donde ir, no sé dónde escapar. Hasta las palabras me parecen extrañas cuando las miro de reojo, cuando intento saber su misteriosa procedencia.

¿Quién tiene un poco de agua? O quizá de entedimiento para ayudarme a salir de aquí. El vacío es tan grande y frío y yo tan pequeña ¿Cómo puedo soportar el infinito?

02 agosto 2006

Decisiones

Sí, es hora de decisiones. No sé, tengo problemas con estas rodillas que no vuelan ya, que no funcionan ¿Dejar las cosas ahora (no dejarlas sino "congelarlas") o después? He allí el dilema fundamental, no hay nada más que eso ¿Qué hacer? ¿Qué hacer?

25 julio 2006

Sí, lo sé.

Bien, lo supe. Sí, sí, sí, así es. Lo supe y lo sé todo. Sé lo que pasó entre ellos mientras el “nosotros” que existía en ese momento había quedado en algo. Sí, sí ¿Qué? ¿Qué quiero llorar? No, en absoluto, no. Ya lo superé. Las cosas son porque son, y uno siempre siente cuando va a venir, uno siempre siente. Y yo lo sentía, por eso no me sorprende ¿Qué? ¿Rabia? Sí un poco, pero por el hecho de que “habíamos quedado en algo” nada más que eso, ah y porque quedé como una estúpida. Sí, una tontita. Pero bueno, lo sabía, es algo que no se puede negar ¡Sobretodo porque lo sé todo ahora! Y no importa, como decía, me lo esperaba. Incluso pensé que cuando ocurriera me sentiría mucho peor, pero ya lo ven. No es así ¿Ah? Sí, sí, estoy bien. La única “lata” es que los dos serán mis compañeros, entonces tendré que soportar ver eso en los pasillos ¿Cómo dice? ¡Claro que no me duele! Sólo digo que es una molestia, ya sabe, tan poco tiempo de estar separados y ya se encuentra a otra. Mm sí, tiene razón. Es verdad, sí, sí. No, sólo digo que es una lata nada más ¿Cómo dice? Ah no, eso me lo guardo para mí ¡Ja! ¿Qué voy a estar ventilando mis sentimientos? Claro, claro. Pero yo le estaba contando que lo sé todo pues. Ah sí, que no se preocupen, sí yo ya me acostumbré. Sí sé, tengo que tener más cuidado para la otra ¿Cómo? Ah, sí, es verdad, debo abrir los ojos y cerrar el corazón.

19 julio 2006

No sé.

Me siento ahogada, sí, como en una pequeña burbuja de cristal donde no ocurre nada y donde no hay nadie. Y tampoco quiero que me vean, que me vislumbren siquiera. Estoy cansada, cansada de la inercia, de la soledad que me consume por dentro, de esas entrañas de sangre que se encuentran en mi interior, como si la historia del mundo no fuera suficiente para alimentar la vida misma. Cansada.

Y yo quiero volver a sonreír como antes, no sufro por amor alguno ni esas tonteras que a veces suenan tan hermosas. Sufro por esta pasividad, por esta inercia que me tiene sin sonrisa, sufro sin sufrir, porque no siento nada. Porque me duele la cabeza y tengo un sabor amargo en mi boca, porque a veces tengo hambre pero no como nada, porque ya no quiero comer, porque ya todo me da asco. Sufro sin sufrir siquiera, porque no me siento, porque lo único que me hace respirar un poco es cuando estoy durmiendo, cuando vivo en sueños, aunque en sueños ni mis amigos me reconozcan.

A veces la gente no entiende y se enoja con uno, porque sienten que todo es tan fácil. “No tienes porqué sufrir” dicen algunos “Pero sale de ahí, deja el dramatismo, sonríe” dicen otros. Pero es inevitable, pues no me gusta fingir si no lo siento. No siento que sonría, no siento el hacerlo, no siento reír ¡No lo siento! Y me desespera… Me siento tan abajo… No tengo angustia, tengo inercia, tengo ahogo, como si me hubiese tomado cinco cajas de Ravotril al hilo, dopada al máximo… Y no he hecho nada más que existir ¿Es acaso la existencia una caja de Ravotril gigante? ¿Es acaso que estoy dopada al máximo por tan sólo pensar? O existir… o nada más… Nada más.

14 julio 2006

Confituur




















Demasiado bella...
El amor parece acabar, pero en realidad no lo hace...

13 julio 2006

Un regalo

[Un regalo de Federico García Lorca]

(Van saliendo mientras hablan. Aparecen Leonardo y la novia.)

Leonardo: ¡Calla!

Novia: Desde aquí yo me iré sola.¡Vete! ¡Quiero que te vuelvas!

Leonardo: ¡Calla, digo!

Novia: Con los dientes,con las manos, como puedas.quita de mi cuello honrado el metal de esta cadena, dejándome arrinconada allá en mi casa de tierra.Y si no quieres matarme como a víbora pequeña, pon en mis manos de novia el cañón de la escopeta.¡Ay, qué lamento, qué fuego me sube por la cabeza!¡Qué vidrios se me clavan en la lengua!

Leonardo: Ya dimos el paso; ¡calla! porque nos persiguen cerca y te he de llevar conmigo.

Novia: ¡Pero ha de ser a la fuerza!

Leonardo: ¿A la fuerza? ¿Quién bajó primero las escaleras?

Novia: Yo las bajé.

Leonardo: ¿Quién le puso al caballo bridas nuevas?

Novia: Yo misma. Verdad.

Leonardo: ¿Y qué manos me calzaron las espuelas?

Novia: Estas manos que son tuyas,pero que al verte quisieran quebrar las ramas azules y el murmullo de tus venas¡Te quiero! ¡Te quiero! ¡Aparta!Que si matarte pudiera, te pondría una mortaja con los filos de violetas.¡Ay, qué lamento, qué fuego me sube por la cabeza!

Leonardo: ¡Qué vidrios se me clavan en la lengua!Porque yo quise olvidar y puse un muro de piedra entre tu casa y la mía.Es verdad. ¿No lo recuerdas?Y cuando te vi de lejos me eché en los ojos arena.Pero montaba a caballo y el caballo iba a tu puerta.Con alfileres de plata mi sangre se puso negra, y el sueño me fue llenando las carnes de mala hierba. Que yo no tengo la culpa, que la culpa es de la tierra y de ese olor que te sale de los pechos y las trenzas.

Novia: ¡Ay que sinrazón! No quiero contigo cama ni cena, y no hay minuto del día que estar contigo no quiera,porque me arrastras y voy,y me dices que me vuelvay te sigo por el aire como una brizna de hierba.He dejado a un hombre duro y a toda su descendencia en la mitad de la boda y con la corona puesta.Para ti será el castigo y no quiero que lo sea. ¡Déjame sola! ¡Huye tú! No hay nadie que te defienda.

Leonardo: Pájaros de la mañana por los árboles se quiebran.La noche se está muriendo en el filo de la piedra. Vamos al rincón oscuro, donde yo siempre te quiera, que no me importa la gente, ni el veneno que nos echa. (La abraza fuertemente.)

Novia: Y yo dormiré a tus pies para guardar lo que sueñas.Desnuda, mirando al campo, como si fuera una perra, (Dramática.)¡porque eso soy! Que te miro y tu hermosura me quema.

Leonardo: Se abrasa lumbre con lumbre.La misma llama pequeña mata dos espigas juntas.¡Vamos! (La arrastra.)

Novia: ¿Adónde me llevas?

Leonardo: A donde no puedan ir estos hombres que nos cercan.¡Donde yo pueda mirarte!

Novia: (Sarcástica) Llévame de feria en feria,dolor de mujer honrada,a que las gentes me vean con las sábanas de boda al aire como banderas.

Leonardo: También yo quiero dejarte si pienso como se piensa.Pero voy donde tú vas.Tú también. Da un paso. Prueba. Clavos de luna nos funden mi cintura y tus caderas. (Toda esta escena es violenta, llena de gran sensualidad.)

Novia: ¿Oyes?

Leonardo: Viene gente.

Novia: ¡Huye!Es justo que yo aquí muera con los pies dentro del agua,espinas en la cabeza.Y que me lloren las hojas.mujer perdida y doncella.

Leonardo: Cállate. Ya suben.

Novia: ¡Vete!

Leonardo: Silencio. Que no nos sientan.Tú delante. ¡Vamos, digo! (Vacila la novia)

Novia: ¡Los dos juntos!

Leonardo: (Abrazándola) ¡Como quieras!Si nos separan, será porque esté muerto.

Novia: Y yo muerta.

(Salen abrazados. Aparece la luna muy despacio. La escena adquiere una fuerte luz azul. Se oyen los dos violines. Bruscamente se oyen dos largos gritos desgarrados y se corta la música de los violines. Al segundo grito aparece la mendiga y queda de espaldas. Abre el manto y queda en el centro, como un gran pájaro de alas inmensas. La luna se detiene. El telón baja en medio de un silencio absoluto.)


Telón

09 julio 2006

Passio


Así es. No sé cómo comenzar, o si alguna vez comenzaré.

He estado pensando, mi cabeza ha intentado maquinar respuestas para dudas tan intangibles como el amor ¿El amor? Boberías, siempre tonteras y patrañas. Siempre cuando me convenzo de que no creo en el amor y sus deambulares llega algo que quiebra mi coraza, que pensé que era de acero, pero siempre es de cristal.

Vicios, exactamente eso, para mí es un vicio amar, querer romper los cables de mi cerebro y entregar esta pasión delirante ¡¿Es que acaso la escritura, la poesía, el teatro y la vida misma no alcanzan para entregar toda mi pasión?! Siempre queda, a pesar de que me siento cansada, siempre queda algo y no aguanto tenerlo adentro, tenerlo cobijado en mí… Es que es verdad eso de que el amor lo es todo. Pues todo desde la raíz de tus pasiones lo haces con amor. Ah que rabia y que desazón me invaden en este momento, que ni las palabras son suficientes para desbordar todo lo que siento.

¿Amar? Claro que no, pero querer, querer y quedarme en el limbo. No saber qué hacer, no saber qué estoy haciendo y qué debo o quiero hacer. Siento mis manos ensangrentadas, sí. Con esa dulce sangre que no existe nada más que en nuestros sueños. Odio, aborrezco y adoro a la vez los cuentos perfectos y tristes. Ah pasión no consumada ¡Por qué! Yo no entiendo Federico, no entiendo cómo fuiste capaz de sobrevivir a esa pasión que te invade, de verdad no lo comprendo. Y tampoco logro entender cómo pudiste ser entendido ¡Porqué yo no lo logro Federico! ¡Por qué! No quiero ser cómo tú, porque eres demasiado perfecto y creo que cada uno debe ser como es y en lo posible único y original. Pero sí quiero comprensión mi Federico, sí quiero que me entiendan y que no se asusten con mi mundo ¿Por qué con tu mundo no se asustaron Federico? ¿Acaso allá en España la pasión y la locura, aquél mundo tan confuso, es fácil de comprender? O por lo menos de compartir ¿Por qué Federico? ¿O es acaso que la ocultabas en tu vida diaria y sólo la mostrabas cuando escribías y dirigías? Oh Federico, que delirantes preguntas y vacías respuestas. Y yo te hablo al éter, como aquella otra noche bajo la lluvia cuando los ojos ciegos me escuchaban ¿Es acaso que estoy loca? ¿Por qué la gente ya no desea tanto? ¿Será ese el problema Federico? Como que en mi alma tengo épocas atravesadas, por una parte mis pasiones, sueños e ideales, son comparables con aquellos que existieron en la antigüedad… Pero mis miras, mis deseos de cambio, mi fuerza… trascienden a esta época ¿Quién soy? Tengo tanta duda Federico, creo conocerme pero cada vez me sorprendo ¡Es que no soporto tener la pasión atragantada! No soporto esos instantes, esos segundos que tengo la oportunidad de compartir mi mundo y aquellos salen corriendo… No entiendo. Yo tenía y tengo tanto dentro de mí ¿Por qué escapar? ¿Es demasiado y los ahogo? Y no penséis Federico que son cualquiera… No… Ellos también tienen pasión, sólo que no quieren darse cuenta ¡Les cuesta tanto! Les da tanto miedo. No se atreven a romper esas propias limitaciones que se auto imponen. Tienen pasión, pero mientras algunos tienen tantas cosas en su cabeza y en su alma que podrían entregar pero que sólo de ellas dan algunas, otros… entregan pero tienen miedo de ir más allá… ¡Ah Federico! ¡Yo no soy una Gorgona! ¡Ni menos una de las Furias! O quizá seré todo eso y más, y no sé dónde voy y dónde quiero ir. No intento matar ni ahogar a nadie, no soy la Viuda Negra ni menos la Mantis Religiosa, pero aún así se esconden, se escabullen, se maravillan y luego temen ¿Acaso quieren que los odie? ¿Qué no les entregue nada? ¡¡Que sea una estúpida estatua de hielo!! Que no tenga alma ni pasión… Acaso quieren que sea una pintura arruinada por el tiempo, pero que aún sigue intacta…

¿Por qué temen Federico? ¿Por qué se esconden bajo la tierra llena de musgos?

08 julio 2006

El río de los muertos Pt.I


Ofelia: ¿Dónde has querido enterrar tus pasos? ¿Dónde has dejado mi alma y mi cuerpo dormido? Y yo aquí estoy ¿No ves? Buscando a tientas una vela para iluminar este camino lleno de piedras y de cráneos.

Animus: Ofelia

Ofelia: ¿No le hablo tan sólo al aire? ¿Quién osa escuchar mis pensamientos tibios?

Animus: Ofelia dulce.

Ofelia: Dulce mi sangre y amargos mis labios ¿Quién eres?

Animus: Hermosa Ofelia.

Ofelia: ¿No me oyes? O es que no quieres contestarme quizá ¿Dónde vas errante ser? ¿Dónde dejas tus sueños?

Animus: Mis sueños en tu alma están. Como si tus ojos brillantes pudiesen cobijar mi ser por completo.

Ofelia: No... No...

Animus: No ¿qué? Dulce ninfa.

Ofelia: No me regales sueños, no los quiero. Siempre terminan por marchitarse.

06 julio 2006

Eidos


Delirio, esa era la simple palabra que brotaba de mis labios cada vez que yo me sentaba sola en ese banco de la plaza de mil años. Hacía poco tiempo que mi corazón robado se había roto en pedacitos, y yo quería seguir reconstruyendo piezas que era imposibles de reconstruir. Me volví a sentar allí, bajo ese cielo gris a punto de estallar en llanto. Ese llanto amargado pero dulce a la vez. Cerré mis ojos, sentí el aroma a flores que me invadía, un aroma sin igual, como al de esos campos que yo recorría cuando no tenía edad ni fin. Pero tuve que volver a este estado, a la negrura máxima.

Los autos comenzaron a estallar con bocinazos chillones, cada segundo era un estallido inadmisible para mi sensibilidad muerta. Yo quería correr, pero el alma que llevaba a cuestas no me lo permitía. Me sentí ahogada, ahogada por esos murciélagos que viven en las cabezas de los hombres y mujeres que no tiene fin ¡Eidos! Te visitaré, o sin más ni menos, me recogerás en tus brazos dormidos, y fluiré por los aires de la muerte junto a ti.

Eidos paraíso de los muertos suicidas, entre escritores en sangre, y almas sin destino, yo quiero correr hacia ti pero la carne no me lo permite. Carne muerta, muerta carne… Delirium Tremens. Como si mi cuerpo estuviese bebido en alcohol miles de años, pero ese alcohol que no es de los hombres sino de dioses vencidos por la razón.

Un amante borroso en el espejo, con las manos ensangrentadas de tu alma. Y tu corazón niña Soledad, tu corazón en las manos de él… Roto. Sangre por todas partes, cristales enmudecidos por el dolor sin fin. Y no puedes, no puedes correr.

¡Gritos! Escucho gritos y no puedo correr. Las manos de él ensangrentadas, las manos de él con mi corazón. Y la demonio que lo acompaña con esas risas estridentes, con sus labios rojos besados por él ¡Maldito me mentiste! Me querías pero te fuiste lejos, tan lejos para no…

Calla tierna Soledad, tibia y enamorada loca. Estás sola, es ese destino que tienes y que llevas a cuestas ¿Qué harás soledad? Aquellos en quienes confiabas te dieron la espalda, la mofa que existía en sus almas por fin salió al exterior. No todos entienden Soledad, no todos entienden.

04 marzo 2006

Tinta


Todo fin implica un nuevo comienzo, pero a veces pedazos de ese final quedan en ese nuevo comienzo. Y se genera algo así como un torbellino de recuerdos y sensaciones. Algo así como, tengo miedo a crecer, a morir en este mundo.

A veces quisiera remontarme a los años de los comienzos, donde todo era distinto, donde todo era quizá más fácil. Pero no, la felicidad es grande y tan grande también es la responsabilidad.

Comenzamos de nuevo ¿no? De nuevo todo, de nuevo, de nuevo. Caminando o quizá más bien saltando. Saltando y riendo y burlándose de las cicatrices que han dejado otros, esas personas que han pasado por nuestra vida, pero que ya no son cicatrices sino que es piel igual como fue antes. Porque vienen más cicatrices y debemos dejarles un espacio.

A veces uno siente el sonido de los pasos, ese sonido que no se confunde con el aire sino que con el latido diario de nuestro corazón y, nos damos cuenta, de los nuevos ojos que nos observan, que nos confunden, que nos aprisionan suavemente con una especie de abrazo de plumas, de amores, de olvidos y de verdades insostenibles. Una mano por favor y un brazo, dos ojos, más otro brazo más otra mano, piernas, miles de piernas y más brazos, más pares de ojos, más brazos, cabellos... Personas. Somos eso y esos nos observan.

Y somos plumas que se manchan con tinta que luego se seca para luego volverse a manchar.

Tinta.


Babs

20 febrero 2006

¿Dragón?


Una vieja estación. El sabor del mate bien cebado en la boca o quizá... Un poco de café. El viejo vestido se mecía con el gran viento delicioso que había en ese lugar ¿Nuestro lugar? Cualquier lugar era nuestro. Podríamos estar en los grandes salones de París o allí. Daba lo mismo, éramos siempre los mismos en cualquier lugar que era nuestro lugar. A veces eran los años 20' y no nos dábamos cuenta de las sonrisas de la gente. Otros momentos eran los años 40' 50' 90' 2200... Quién sabe qué año era realmente. Cualquier época era de nosotros.

El Club del Dragón era como la sangre misma, como si todo estuviera en nuestras almas ¡Somos tan felices! Todo era nuestro, todo es nuestro. El mundo se sumergió con nosotros para ser parte de nuestra sangre real, tristemente exquista.

Y se rieron y quería llorar. Nuestro nombre era la fuerza, esa fuerza que encantaba con sólo oír su nombre... Club del Dragón. Y Cortázar en su trono de papel se reía de nosotros por haber robado un pedacito de su historia, pero nosotros reíamos con él porque la felicidad y el arte (sobretodo el arte) se mecía en nuestras manos deliciosas.

No podría desear nada más... Quizá algo. Esperar a los que faltan tan sólo... A los que sólo les falta poco tiempo para ingresar al Club.

O quizá nadie más.

Quién sabe.


- Escuchando a Bessie Smith "St Louis Blues"

03 febrero 2006

Huellas


Son miles de huellas, de pisadas constantes en el suelo tibio de la arena incandescente. Miles, como miles de estrellas que hay en el firmamento, como miles de amores que pudieron existir en cualquier corazón, miles. O quizá ninguno.

Miles de huellas de miles de momentos, quizá una risa ahogada dentro de ese círculo de amigos, tirados en la arena viendo como atardece esa tarde tibia de verano ¿tibia? Quizá demasiado que se vuelve calurosa e insoportable. Pero no es así, allí no, no es así allí donde los sueños placenteros no se quiebran nunca.

Como decían las huellas en sus libros viejos de ceniza, allí están los sueños, las mentiras, los adioses de miles de momentos. Quizá allí él se confesó a su amada, o mató lo último que le quedaba, la miseria. Quizá allí pueda caber el mundo, encerrarse el mundo ahogado, o quizá demasiado airoso, quizá con demasiado aire en sus pulmones que se oxida, que marchita, que no sufre. Porque nosotros no sufrimos, nosotros no lloramos, nosotros no caímos cuando queremos levantarnos. No, nosotros no.

¿Y quién es nosotros? Los seres humanos, quizá sí. Soy demasiado humana o quizá demasiado nada o algo, o un sin fin de supocisiones que nunca sabremos cuál es la verdadera.

Yo sólo los dejo... Con las huellas.

Piensen en las huellas que hay en su vida, en las personas que las dejaron. Mediten un poco sobre lo que fueron y sobre lo que son. Nada más.


Soledad

22 enero 2006

Arte


Tumba ingrávida de sueños estáticos. Tumba que guardas los rezos muertos de los vivos, que llameas con la carne podrida de un desgraciado con los ojos de cristal ¿Dónde te llevas los sueños de las voces quebradas?

Tumba de los mil amores, que condenas, que matas, que sufres.

Hoy tuve una conversación con Sof y Andrés, sobre el arte y todas esas cosas. Bastante interesante...

No creo que haya nada imposible, no creo que exista lo imposible. No quiero ser mártir, ni nada de eso, sólo quiero luchar hasta conseguir lo que quiero, luchar para que el arte renazca de las cenizas, luchar para que todos tengan oportunidad, luchar para enseñar a los que no saben. No quiero ser heroína y nada de eso, sólo quiero que la gente pueda maravillarse con el arte, que la gente pueda salir de su ignorancia. Aunque tenga que pisotear a miles de Piñeras, aunque tenga que desangrarme en las calles para que los ojos de los niños sin sueños comiencen a formar imágenes de esperanza. Puede que me crean loca, no sé, o algo imposible. Pero es lo que quiero hacer... Como alguien decía por ahí, el teatro educa... Lo ha hecho desde tiempos inmemoriales, desde que Dionisios bailaba con las bacantes en las fiestas del vino, frenesí y arte. El teatro, el arte plástico, la música... Todas las artes educan, educan desde el corazón, desde la cabeza, desde el mismísimo ser.

¿Quieren educar? ¿Queremos educar? Yo sí...

Ha sido genial estar con vosotros últimamente, siento como un nuevo grupo se va conformando... No es que todo tenga que existir en un grupo determinado, pero tenemos sueños parecidos, y una sóla pasión: El arte. Ya sea plástico, escénico o musical (¡Nos faltan músicos! XD), y nos conocemos, y creo que también el cariño está, o se está formando. Tomemos nuestros lazos, únamonos, mal que mal nos tenemos a nosotros y a nuestra pasión ¿Qué mejor poder unir todas las artes para hacer algo mejor?

Sof: Ojalá leas esto y me postees mala mujé :P Te quiero mucho amiga ¿ya? No lo olvides... Eres una de mis mejors amigas, más que una amiga una hermana.
Andrés: Ha sido genial conocerte este último tiempo, te quiero mucho también, aunque a veces me molestes
:( Igual te quiero :P
Héctor: ¡Te quierooo más que la mierda! Amigo de los tiempos remotosss:P

Anexus Artísticum:

Clau: La raja niña, me caes bkn :)! te quiero.
Bea(hermana Sof) : La adolescente que se ve mayor jejeje me caes bien niña :) sos muy simpática :)
Fran: ¡¡Para que decir!! Te quiero hermanis de copete.

Y un saludo para la madre de la Sof que nos llevó la otra vez a nuestras casas y que es un amor :)

15 enero 2006

Grandeza



Quizá, un quizá no valga, o tal vez el quizá quede atiborrado en las bocas de los hambrientos. Hambrientos solitarios que caminan sin voz ni nada, una nada que los quema lentamente hasta dejarlos como pintura de las calles de los mendigos.

Uno podría tal vez, dejar todas esas pretensiones tontas, todos esos sueños de grandeza, para ser uno más del montón. Pero seríamos carne en la boca de un vegetariano, muerte en el vientre de la vida, odio en el amor más profundo. Crecer, eso dicen nuestras almas que luchan dentro de este material podrido. Crecer, aprender, llorar a los muertos que viven en la locura de nuestros ojos. Ojos, ojos y más ojos, que no ven sólo lo terreno sino que indagan más allá, a donde nada es oculto, a donde todo puede ser. Lugar de no pretensiones vanas sino, lugar de pretensiones sinceras. La Grandeza no sólo es material, o quizá el sólo está demás. La Grandeza no se mide materialmente sino que se mide espitirualmente. En nuestros sueños, en nuestras pasiones. Pasiones imperecederas que trascienden hasta el infinito de los tiempos, tiempos sin término, tiempos quiméricos.

Tiempos de Grandeza.




06 enero 2006

Pedazos

¿Dejarías que tus sueños se
quebraran en mil pedazos por ese horror que te está acechando hace años?

Leonor: Una taza de café que estaba ya bien fría luego de los días que había estado sin nadie que la bebiera. Y los ojos, los ojos que se escondían detrás de las paredes, que acechaban lo inacechable. La taza, el café, los ojos, y los murmullos...

Amelia: De aquellos seres que no existen más que en los pensamientos ridículos de la gente.

Leonor: ¿Ridículos dijiste? Osas manchar con la sangre vil de tus venas todos esos pensamientos que encuentras ¿ridículos? Mírate primero antes de juzgar de ridículos a los demás. Los ojos siempre han acechado dentrás de las paredes, te guste o no te guste. Ellos siempre están allí, pendientes de lo que hacemos o no hacemos y nadie, ni tú, ni yo, ni la muerte misma los puede renegar ¿Me dirás que esos pensamientos son ilusiones de mentirillas tontas? O quizá suposiciones de gente ignorante, pero no, déjame decirte que no. Que no es así... Ellos nos acechan.

Amelia: ¿Lo puedes probar?

Leonor: En la noche de Luna llena pasada los pude ver después de tantos años de ausencia. O quizá de represión, no lo sé. No querían aparecerse ante mí, quizá me temían o yo les temía. Ellos nos ven, nos quieren, nos toman, se meten a nuestros pensamientos y nos adoran por ser como somos y quizá también por eso nos odian. Amelia, ellos están ahí.

Amelia: ¿Cómo me lo vas a probar hermana? ¡¿Cómo lo harás?! ¿No estuviste en la clínica internada hace algún tiempo? Si mis padres se enteraran de todo esto. Volverías.

Leonor: ¡No me creas! No me creas si quieres, pero ellos están ahí ¡Déjame terminar! Déjame hacerlo. Ellos estaban allí, sentados sobre nuestras butacas, como lo hacen siempre desde que tengo razón. Habían comenzado a cantar esa vieja canción que nos enseñó la anciana Libertad cuando éramos pequeñas. Esa canción que hablaba de los muertos, de los muertos que no se habían ido.

Amelia: ¿Y?

Leonor: Y me miraron, todos esos ojos grandes colmados de años en sí mismos me miraron, me sonrieron con sus ojos alegres, llenos de cristal. Luego se fueron, al amanecer se fueron.

Amelia: ¿Me dirás que estuviste toda la noche viendo esos supuestos ojos?

Leonor: Sí.

Amelia: Estás loca. Quizá deberías volver a internarte.

Leonor: ¡No me trates de loca! ¡Maldita época donde nadie cree nada! Malditos años de incredulidad. Claro, porque ahora lo único que les importa es la maldita reputación, los malditos vestidos, los malditos bailes. Y lo importante, la historia, la verdad, lo que está allí acechando no les importa nada.

Amelia: No, no nos importa nada.


- Fin-