30 diciembre 2007

1 2 3 4 5 6 7 8 9 1
Los números parecen agrandarse cada vez más y más
¿Y los ojos?
¡No están!
Basta...
No hay nada más que decir,
ni siquiera la imagen quiere hablar...
Que porfiada...




28 diciembre 2007

¿y?

No sé que escribir, sólo sé que quiero escribir. No sé qué decir, sólo sé que tengo algo que decir, o que tengo que decir algo que no es lo mismo. Podría escribir quizá alguna historia de amor contrariado, o quizá escribir sobre la filosofía de la vida o de la muerte. Podría hablarles de mi dolor de hombros, o de mi misión de quererme tal cuál soy. Podría hablarles de la música, y de lo maravilloso y exquisito que es escuchar Bajofondo Tangoclub en un día como hoy o en cualquier día. Podría hablarles también de cuánto me gustaría ver y hablar con ciertas personas con quienes no hablo y veo desde hace años... Podría decirles cuánto me gustan los chocolates o las puestas de sol, o cómo adoro las rosas o cualquier tipo de flor. También quizá debería hablarles de mi amor por las cartas y cómo adoraría que alguien me escribiera y yo así poder responderle, o podría gritar a los cuatro vientos mi fascinación por la historia y por las épocas pasadas, en especial por los años 20'. Podría susurrarles canciones viejas, que hablan de amor y desesperación. Podría decirles el letargo que inunda las noches, o la acción que inunda mi cabeza. Podría hablarles de mi sueño de amar, y de ser querida, de abrazar a mi amor y besarlo en los labios, y de decirle te quiero, y de recostarme junto a él sobre la arena húmeda de la playa... luego pasear por la orilla del mar, para después bañarnos en el mar y yo con miedo porque le temo al mar. Podría decirles eso... Mi temor por el mar y los maremotos, hablar quizá de esos sueños que tengo que me llenan de terror, maremotos y maremotos por doquier. Podría entablar una conversación con ustedes sobre la poesía y mis ansías de volver a escribirla, o sobre lo que amo el teatro. Sí, podría perfectamente hablarles de lo que cuesta ser una persona de teatro, de lo que amo el teatro y lo desgastada que estoy por él. Podría seguir hablándoles de mis sueños de amor, soñar por ejemplo que estoy con mi amado de la mano paseando por las calles de Santiago o de Buenos Aires... Sacamos fotos bellísimas a esos edificios que tanta historia albergan, y luego nos vamos a tomar un helado y como siempre me mancho la boca o las manos y él se ríe de mí y me dice que soy una nenita. Podría hablarles de mis frustraciones ¡cuánto me gustaría ser una muchacha de la música! o que tengo vergüenza de mi cuerpo, o cómo adoraría saber tantas cosas con respecto a la historia, a la literatura, a la filosofía... Podría decirles que tengo miedo, que me siento inerte que me gustaría ser más activa en la lucha de la tierra que está siendo destruida, y de los derechos de las personas. Podría pedirles y decirles por favor que necesito más tiempo, que el tiempo pasa muy rápido y no lo alcanzo aprovechar. Podría hablarles de mis ansías de tener una compañía itinerante y mostrar nuestro trabajo por distintos pueblos de Chile y el mundo, podría articular palabras intentando que me entendieran lo que quiero decirles, que quiero internarme en un bosque, sin miedo a que me van a asaltar o a violar, o a matar, o todas esas cosas que pasan y que siempre han pasado y que siempre van a pasar... y Correr por los bosques y hundirme en su verdor... Podría decirles que tengo que decir muchas cosas más de todo lo que he dicho que podría decirles, pero los aburriría.

Sol

18 diciembre 2007

Desde lo lejos

Calor sofocante en la habitación. Los pies sobre una cubeta de agua, el cuerpo dentro de una cubeta de agua. Una toalla en el respaldo de una silla y mis ojos mirando al techo blanco, blanco... tan blanco. Los bordes de la marquesina de la puerta se mezclan con los colores que existen en mi mente. Sabor a tabaco añejo desde lejos, en tu boca. En tu boca todo, en tu boca la perdición. Tapo mi cuerpo con la toalla blanquecina y camino sobre el loza del piso con mis pies mojados. Abro la puerta.

- Buenas noches Señorita...

-Buenas sean sus noches también señor, es bastante tarde ¿tan tarde trae el correo?

- Decían que era urgente...

- De... ¿De parte de quién?

- Del señor, del conde, marqués, príncipe, alma de bohemio, cantor de tangos... Ud sabe.

- Páseme la carta, gracias por su servicio. Aquí tiene un beso, adiós.

Puerta cerrada, y mi cuerpo mojado sobre la cama, la carta tiene un exquisito aroma a noche, a esa noche mortecina que rasga los cuerpos desnudos de los amantes ¿Pero qué amantes? El Bohemio no era nada mío.

"Dos de la mañana, tres de la mañana, seis, siete, tres de la tarde. Son todas horas que parecen cambiar con el extracto de un poco de vida. El calor de mi alma me está matando, me está aniquilando hasta destrozar cada parte de mi piel. Me siento aniquilado, destrozado, muerto por el hierro, por el cansancio, por el sueño. He escrito tan poco, no sabes lo abandonada que esta mi alma Genielle. Quisiera que estuvieras aquí para iluminarme con tus ideas, pero no te encuentro por ninguna parte. Estas lejos, tan lejos que no puedo ni escuchar tu voz tan dulce, tan tuya. Mi corazón ya no me basta para escribir, el recuerdo ya no me basta para pensar, para maquinar historias, poemas, nada, nada en mi cabeza. Quiero refugiarme un rato fuera de este lugar. El amor de Diss es lo único que me mantiene, el amor de ella y tu amistad claro. Dame ideas, te necesito. Un beso. Rupert"

Rupert, mi marqués, mi destino, mi lejanía sin precedentes ¿Qué voy a hacer contigo? Nada, quedarme de manos, brazos, piernas, alma cruzada para no vomitar negro. Darte luces, para no llenarme de sombras con tus ojos cerrados. Necesito respirar. Un cigarro... No, no fumo. Dame un cognac, dame algo. No. Tomo un vestido, un abrigo, zapatos, un peinado a mal traer y a las calles.

El frío se mete por las rendijas de mi abrigo, me meto a un bar, a un bar de estos que no me corresponde meterme. Un trago por favor. Que no sea muy fuerte, mire que no estoy para nada que destroce mi cuerpo ni menos mi alma. Parejas bailando al compás del bandoneón. Yo en Buenos Aires, tú en París. No puedo hacer nada por ti, nada más que tan solo... escribirte para siempre. Me vine aquí para olvidarme un poco de tu aroma, pero me llega como vendaval, me llega de tal manera que rompe todas mis predicciones de olvido. No... Yo sé que te voy a olvidar, si tantas veces pude olvidar, a ti no me costará nada.

- Aquí tiene señorita.

-Gracias ¿Tu nombre?

- Martín.

- Martín... ¿Sabes bailar tango?

- Claro ¿quiere bailar?

- ¿Me enseñas?

- Claro... pero dígame ¿Por qué una muchacha como vos está tan sola en un lugar como este?

- Buenos aires y la soledad ¿no? Me vine de viaje, a tomar ' buenos y nuevos aires'.

El baile que arrastra los zapatos, que te deja con el calor en el cielo, que te pega a tu pareja, que choca los corazones. Labios frente a frente, ojos al costado. Tu mano en mi espalda, el tango sonando y sonando. Los músicos que no dejan de tocar, y tu mano en mi espalda, y mis labios en los tuyos. Es la pasión porteña como le dicen acá che. Es la pasión que arrebata. Rupert y Diss en París, Genielle en Sudamérica. Olvídate un poco de Europa y pon los zapatos de tacón en las piedras de las calles de Buenos Aires.

- ¿Vamos?

-Vamos.

Martín me llevó a su departamento que quedaba cerca del bar. El calor inundó el lugar con nuestros cuerpos colmados con la pasión de las notas del tango. En nuestros cuerpos la historia, en nuestros cuerpos los pocos pedazos de alma que se nos quisieron salir. El día empezó a entrar por las ventanas de colores que tenía en su techo. Su respiración rozaba mi hombro. Su piel blanca, sus cabellos color de trigo, y sus manos agarrando mi cuerpo como si fuera parte de sí. ¿Duermes? Duerme un poco más, déjame contemplarte.

- Genielle

- ¿Sí?

- Dime que no te irás pronto.

- No Martín, me quedaré contigo un poco más.

Y esa luz de color que inundó la habitación quedó marcada por siempre en nuestros corazones...

¿Y Rupert?

Bueno quizá se sepa de él más adelante.


Sol

14 diciembre 2007

Amor humano, Amor teatral....


El mundo sonríe conmigo. En realidad no sé si es tan así, pero es parte de una canción y me gusta. No sé si sonríe, pero por lo menos estoy renaciendo. Siendo puramente clara, adorando mi vida, intentado querer mi cuerpo para poder surgir y ser una mujer absoluta para el teatro ¡¡Por que para vos vivo mi teatro hermoso!! Y creo que con vos tendré que conformarme, puesto que los humanos que amo no me aman como yo los amo. Jajajaja desilusiones amorosas, sí, pero todo bien. El amor humano es más fútil que el amor teatral, el amor teatral es más tortuoso pero es eterno... Dura para siempre. Te deja moretones en la piel y en el alma, pero son heridas merecidas por el esfuerzo y no por locuras vanas como el amor humano. No sufro ¿eh? No quiero que se piense que sufro tanto como sufría antes, me estoy acostumbrando a no ser querida por ese amor humano. Prefiero el teatro al parecer, y como me dijo un amigo alguna vez "El teatro te ama tanto como tú amas al teatro" y parece que me ama, dolorosamente, pero me ama más que los hombres. Y así es la vida, hay gente que vive en el teatro y en el amor del mundo de los humanos, en cambio habemos otras personas, que tenemos la marca del teatro aqui en la piel y en el alma, y por más que amemos a los humanos, estamos hechos para vivir en y para (y por) el teatro. Así es la vida, así es el amor.



Sol


(Pero aun tengo esperanza de un poco de amor humano... ¿o no?)

09 diciembre 2007

Desde mi y desde el mundo

Uf, ha terminado el segundo año de universidad. Cada vez estoy más cansada pero estoy más dentro del teatro. El teatro se ha metido en cada uno de mis poros, en cada parte de mi piel, y está tan dentro de mi que parece que mi cuerpo se va a romper. Mi cuerpo, mi cuerpo que odio pero que tengo que amar ¿Cómo comenzar esta aceptación que me llevará a ser una gran actriz y consagrar el término, 'gente de teatro'? No lo sé, es difícil terminar con 19 años de odio de esta carcaza de carne. Pero tengo que amar, amar este pedazo de carne que parece tan inerte, amar este pedazo de piel, de huesos, de todo. Tengo que amar mi cuerpo tanto como admiro mi alma y mi cabeza. Amo a mi cabeza, tengo que amar este cuerpo también. Hay que arreglar tantas cosas en mi vida, partiendo por mi cuerpo... Y seguir alimentando mi voz y mi cabeza. Quiero ser demasiado inteligente mental y corporalmente (y vocalmente también) Tengo tantas ganas de tantas cosas... Tengo tantas ganas de pasar etapas y estar mejor, mejorar mi alma y así mejorar mi cuerpo. Estoy cansada de vivir tanto, lo sé, estoy cansada de los karmas de las vidas pasadas, lo sé, pero por que estoy cansada, para terminar con este cansancio debo superar esas etapas y luego volver a la tierra, volver a la fuente que inicio la cantidad de vidas que llevo a cuestas. Pueden creerme loca, no creer en las vidas pasadas, no creer en lo que estoy diciendo, no importa, yo creo porque lo siento. Siento en mi boca almísitica ese tiempo que me supera, veo en mis manos líneas que se destatcan por su antigüedad. Soy consciente, demasiado consciente de las cosas que pasan en este mundo.

Soy gente de teatro, soy una mujer de teatro... O eso me vienen diciendo desde siempre, pero como soy eso, tengo suficientes obstáculos, suficientes falencias en mi ser físico que tengo que eliminar. Tengo que poder, necesito poder, no puedo seguir estancanda así. Necesito tanta luz, taaanta luz para iluminar este camino.
Tengo tantas cosas en mi cabeza, lo que quiero, lo que deseo, lo que anhelo, lo que amo, lo que no puedo tener, lo malo, lo bueno, lo existente en esta vil existencia. Vil, quizá la existencia no sea tan vil después de todo.
Por un lado mi cuerpo que no me responde, que hace caso omiso de lo que le pido. Un cuerpo arrojado pero no preparado, pero una voz, una voz que deslumbra. Eso es bello. Pero también está el amor... ese amor que no tenía, ese amor que anhelo, amor. Quiero, quiero a alguien que no me puede querer porque está comprometido. Lo quiero, pero no me puede querer. No sufro, creo que tengo otras cosas más grandes porqué sufrir, pero sí da un poco de pena, o bueno... no sé si es pena... sino más bien es... No sé. Quiero estar con él, pero no puedo... Ahora solo queda olvidarlo... Pero espero que no sea tan difícil.

Muchas cosas en mi cabeza, el teatro, el amor que no es, las ganas incontrolables de aprender tanto hasta quedar ahogada de tanto saber. Quiero hundirme en mi, y en los demás. Yo parte de este mundo, y tengo que darme cuenta en realidad de todo ello, no desde lo mental sino también desde la ejecución corporal, desde los hechos.

Tengo tan solo 19 años, cosa que nadie puede creer, ni yo... A veces me siento de no sé cuántos siglos, tengo 19, pero la edad del cuerpo no es nada comparado con la edad del alma... ¿Dónde está la otra alma que será mi complemento? No lo sé, hay tantas cosas que resolver. Desde mi, y desde el mundo.

Un beso


Sol