Hay muchos venenos en esta vida, venenos naturales que nos hacen morir, o paralizarnos. Venenosas palabras que calan frío en nuestra alma, miradas venenosas que quisieramos desechar, pero sin duda lo que más puede destruirnos son nuestros propios pensamientos venenosos. Son aquellos los que nos van mermando cada día, los que acometen contra nosotros mismos, los que nos crean llagas tan profundas que luego son muy difíciles de reparar. Pensamientos-venenos como los de desaprobación, de una autocrítica tan severa que te puede llevar a la locura. Son aquellos pensamientos de ortiga los que quiero desechar, los que quiero aniquilar de mi alma y de mi cuerpo.
La mente refleja todas sus preocupaciones en nuestro cuerpo, es como si nuestra carne fuera una masa que refleja lo que la harina, con la leche o el agua, los huevos y el azúcar siente. Si la harina está pasada o los huevos podridos, la masa estará asquerosa... Si la harina y todos los ingredientes están a la perfección y el creador que es nuestra conciencia sabe amasar estos ingredientes, la masa quedará espectacular. Eso pasa también con nuestros pensamientos y nuestra conciencia, si estamos en una dirección negativa, o asestando pensamientos de cuchillos sobre nosotros mismos (y me atrevería a decir sobre los demás) nuestro cuerpo y nuestra alma se malograran hasta quedar negros de perdición. Perdición en el sentido menos católico (y/o) cristiano posible. Es un tipo de perdición de nosotros mismos y de superarnos a nosotros mismos, de ser mejor persona en el sentido de estar en paz. Uf paz, que difícil palabra. O que difícil a veces es lograrla. Pero sí paz, paz con nosotros mismos, con los demás y con nuestras decisiones. Somos nosotros con nuestra conciencia y nuestro pensamiento que creamos futuro. Me puse a pensar esto luego de ver un documental que acaban de dar en Cinemax y que no recuerdo el nombre, pero prometo subir el nombre... ahora (esperen...1,2,3,4 -musiquita de supermercado-) "What the bleep do we know!?" Así se llama, y son muy interesantes las tesis que se plantean. Lamentablemente no lo vi completo, así que no podría hablarles mucho sobre el tema, pero lo que vi me hizo mucho sentido. Cómo nuestros pensamientos pueden afectar nuestra percepción del mundo real, y cómo pueden crear nuestro propio destino... Al fin y al cabo somos nuestros propios dioses... Somos tan libres que nos aterramos, libres en el sentido de tomar decisiones, de pensar, etc Libres en muchos sentidos... Bueno, toda mi explicación es un poco pobre pero me gustaría que vieran el documental.
También tengo otras recomendaciones, que también tienen que ver mucho con la libertad y el arrepentimiento. Hoy me leí en aproximadamente dos horas, un libro muy bueno, rápido de leer, y bastante corto que se llama "Las Moscas" que es de Jean Paul Sartre... Es una obra de teatro que toma el mito de la casa de los atridas después de la muerte de Agamenón, de hecho, toma el mito cuando vuelve Orestes -hijo de Agamenón- (se nota que está un poco -un poquitin me atrevería a decir- basado en la Orestíada de Esquilo) en busca de algo que le pertenezca, quiere pertener... en fin, no quiero explicarles más, léanselo, es muy bueno. Otro libro recomendado es "La suerte está echada" también de Jean Paul Sartre que es una especie de "novela" aunque no la calificaría en ese género, dejémoslo en narrativa cinematográfica, pues al leerlo es como si se estuviera leyendo-viendo una película. Y la última recomendación literaria es uno de los clásicos de la literatura latinoamericana y de García Márquez... "El amor en los tiempos del cólera" [Hicieron la pelicula también, la estrenarán este mes si no me equivoco] Un libro hermosísimo, realmente hermoso, que está en parte basado en la historia de amor que tuvieron los padres de Márquez antes de casarse.
Recomendación fílmica... Otro de los Clásicos, Charles Chaplin en una de sus películas ya habladas: "Candilejas" Una película muy bella también, que habla de cómo las ganas de vivir, y de luchar pueden hacer nuestros sueños realidad.
Eso, en fin, hoy he hablado mucho... Ojalá alguien lea. Si no lo leo yo y recomiendo cosas para mí misma, aunque ya las haya visto o leído. Un beso.
Sol